. gracias ♥

21 de enero de 2011

No me alcanzó con haber tenido que mentir toda mi temprana adolescencia con él nuestros encuentros, sino que parecía hasta a propósito que tuviese que seguir con esas conductas de preescolar. Claro, él me había enseñado a mentir como si fuese un arte: me instruyó entusiasta y delicadamente. Casi sin saberlo, era una perfecta mentirosa. Una maldita mitómana